Me he dado cuenta que la vida es como una rueda, que nunca se para. Siempre llena de sorpresas, siempre hay gente esperando conocerte. Y lo que tu nunca sabes, es que esta gente puede llegar a ser maravillosa. Que su fondo es transparente como las aguas que nos cubrían este mes de agosto en la cala ibicenca. Su fondo es precioso, y es tan inmenso, que nunca dejas de bucear dentro de el.
Pase lo que pase, y lo que haya pasado, siempre recordaré este verano, y a la gente que dejo su huella en la fina arena de mi corazón.
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